…El Museo Mazzoni es un riquísimo muestrario de todos los estilos que se fueron acumulando sobre estos pueblos de la costa como eco de la intensa navegación. La casa misma tiene algunos vestigios arcaicos, tales las rejas de ventana con una flor central de hierro que se dice simbólica de Maldonado y cuyo origen sería medieval (…) El profesor Mazzoni encontró en un gallinero postes torneados que debían ser parte de un lecho con baldaquino, logró reunir todos los fragmentos dispersos y reconstruir una espléndida cama de jacarandá brasileña.
Este lecho barroco rococó tiene la habitual cabecera formando un medallón que va tapizado, coronado por altas y elegantes curvas. Otra cama del mismo origen presenta una variación que es ya transición al doña María o neoclásico. En ella el remate es un alto moño tallado que une a dos guirnaldas de flores, de línea afín a la francesa Luis XVI y propia de Brasil…”. Recordemos que la entonces Provincia Oriental fue dominada por los portugueses y brasileños de 1817 a 1828, y formó parte del Imperio con el nombre de Provincia Cisplatina. Posiblemente de esa época provengan los muebles referenciados existentes en Maldonado.“ Según las autoras en Maldonado “…El segundo florecimiento se produjo a principios del siglo XIX cuando comenzaron a abrir los puertos del Atlántico y se multiplicaron los viajes de naves francesas e inglesas, muchas de las cuales terminaron en el fondo del mar.
De ese período hay en el Museo una preciosa mesa de juego inglesa, neoclásica, con tapa abatible, cenefas talladas con diseños de palmas e incrustaciones de bronce. Hay también un importante piano Collard & Collard que se atribuye a Francisco Aguilar, creador, entre otras cosas, de una fábrica de azulejos, algunos de los cuales pueden verse sobre los muros de la casa. Según Mazzoni, Francisco Aguilar, que habría de revolucionar las costumbres mobiliarias del lugar, era hijo del gobernador de Canarias. Se embarcó hacia América en nave propia capitaneándola él mismo a pesar de sus escasos 25 años y trayendo una gran tripulación además de 30 familias de colonos canarios. Su esposa murió durante la cruel travesía pero sobrevivieron dos hijitas. Llegó a Maldonado en 1811 e inmediatamente se plegó a la causa independentista, sin duda porque se había formado en Inglaterra, principal promotora de ese movimiento. Inmediatamente se instaló con gran elegancia en casa propia y volvió a casarse con una joven del lugar, Catalina Piriz del vecino pueblo de San Carlos, integrándose así a la sociedad criolla que lo designó alcalde.
Durante su función como tal consta que hizo servir en las fiestas patrias no solamente mate sino café en pocillos (lo que documenta la existencia de esa costumbre antes de 1830). Aguilar fue el gran empresario múltiple del Uruguay. Traía madera del Brasil e importaba camellos de África para vencer esas montañas de arena que impedían el transporte a lo largo de la preciosa y temible costa. Traía avestruces para mejorar en sus estancias la raza de los ñandúes, era dueños de esclavos, quintas, casas y de un horno para las baldosas que le preparaban Marcial y Pepe, sus dos especialistas. Se distinguen los azulejos de Aguilar por el colorido diferente de los habituales azulados o violáceos del Pas de Calais. Predomina en ellos un amarillo muy nítido que puede ir cuadriculado en negro. Un juego de cuatro baldosas combina cintas amarillas sobre fondo celeste uniendo ramilletes circulares. No tenemos precisiones sobre la época en que este ambicioso diseño fernandino salió de la fábrica del tinerfeño…”