¿En qué momento descubres tu vocación por la escultura?
SAO-Primeramente comencé incursionando en cerámica con el Prof. Francisco Siniscalchi. Teniendo alrededor de 15 años, por primera vez tomé un pincel. Recuerdo que empecé con una pared e hice un mural, luego seguí pintando cuadros.
La escultura fue como una necesidad de expresarme al fallecer mi padre. Yo tendría más o menos unos 27 años. Ahí sí encontré la forma de manifestarme a travésde los materiales que había en el taller de mi viejo. Ya que era una hojalatería, trabajaba con él y a la vez iba aprendiendo el oficio. Nunca había hecho hasta ese momento algo en volumen referente a lo artístico, motivo por el cual me despertó la curiosidad de expresarme y experimentar con otros medios. Tenía los elementos que había a mi alrededor, que eran chapas y hierros en desuso .Recuerdo que empecé con una mano figurativa, después seguí con otras obras un poco más grandes, siendo siempre todo referido a la figuración, hasta que fui encontrando mi forma de expresión, llevándolo más a lo abstracto con una técnica de chapa batida.
¿En escultura trabajaste con algún maestro?
SAO – Sí, hice taller con el artista plástico Roberto Cadenas.
Después tuve la oportunidad de conocer al escultor Horacio Faedo, que realizaba escultura dentro de lo que es el arte Madí. Fue un avanzado para la época.
Concurrí a su casa taller en Colonia Sacramento, varias veces donde tuve muchas charlas con él, las cuales me orientaron mucho. Era una persona muy culta y muy afable en su conversación.
También participé en los diferentes talleres dictados, en los encuentros internacionales de Palmar (Dpto. De Soriano) sobre escultura. Él concurrido también y participa en varios simposios nacionales e internacionales, en donde en ellos se dan talleres. Cuando uno participa en ellos, se da un intercambio de conocimientos donde también se aprende mucho. Al participar y compartir en exposiciones con colegas, voy teniendo la oportunidad de ir cosechando amigos con los cuales siempre, estamos intercambiando conocimientos.
¿El haber conocido al escultor Horacio Faedo y haber tenido conversaciones con él?
SAO- Más que nada las conversaciones que tuve con él me fueron abriendo la cabeza. Hoy yo ya tengo mi impronta y una propuesta bastante definida. Indudablemente el me abrió muchos caminos, era una persona de una gran cultura, le gustaba hablar mucho, no era egoísta al momento de brindarte sus conocimientos, y cuando nos encontrábamos hablábamos, no solo de arte, sino de muchos otros temas.
¿Tú trabajas con muchos materiales diferentes en tu obra?
SAO – No. Trabajo con una línea de materiales nuevos, siempre con láminas de metal de acero, si bien he hecho algunas obras en acero inoxidable.
Mis formas son abstractas y de líneas puras, algunas de ellas han sido pintadas y en otras utilizo pátinas. Por el momento no fusiono el metal con madera o metal con piedra, lo cual debería que hacerlo, para enriquecer tal vez un poco más mis esculturas. Trato de que sean formas limpias y puras. La idea es que se expresa más el metal, de ahí un poco esa idea más purista en mi obra.
¿Te inspiras en algo en especial en tu obra?
SAO – Son formas libres y con las que trato de transmitir lo que siento, o lo que puedo ir imaginando en ese momento.
¿También el material te va sugiriendo formas para tu obra, o le vas encontrando posibilidades a ese material que elegiste?
SAO – Algunas veces si, en otras ocasiones los recortes como que te suger ideas, por ejemplo en una chapa oxidada, descubres como que el material te está transmitiendo algo
por esa patina que tiene su textura, eso se transforma en elementos sugerentes y si no de lo contrario, me siento con un lápiz una goma y empiezo a hacer bocetos.
Cuando ya tengo una idea empiezo en una cartulina a escala, para luego pasar a maqueta en metal para ir afinando detalles.
¿La escultura no es algo con lo que se pueda improvisar?
SAO – En mi caso todo es posible, pero generalmente suelo bocetar primero a un solo plano, pero al ser en tres dimensiones, también tienes que llevar esa idea al volumen que no es fácil y ahí puede entrar uno a improvisar.
¿Una obra de gran volumen es más exigente?
SAO – Sí exige mucho más. Normalmente cuando uno tiene un desafío importante, como es una obra de gran volumen, hay que tener en cuenta muchas cosas como el conocimiento del lugar donde va a ir emplazada, un fotomontaje, maqueta a escala ya que la misma te va a ir dando noción del anclaje que tiene que tener. Hoy contamos con el soporte digital, que resulta muy práctico y de gran ayuda, que son los programas 3D. La tecnología nos simplifica un poco más. Es muy importante el tener en cuenta el anclaje de la misma, para que quede bien asegurada, también hay que ver cómo podrían trabajar los vientos en el lugar. Otra cosa importante, es que la misma no tenga elementos punzantes que puedan ocasionar heridas en quienes se acerquen a ella.
¿En el contexto internacional o nacional la escultura es una carrera fácil para quien se embarca en esta aventura.?
SAO – No, no es una carrera fácil hay que trabajar mucho y tener algo de suerte, ser lo más profesional posible si quieres llegar a algo, cumplir con lo que te propones y no tener miedo a los desafíos, a los cuales tienes que estar dispuesto a enfrentarlos si quieres seguir creciendo, ya que te sirven de aprendizaje. Creo que en mi caso a veces me he visto en varias situaciones complicadas, pero si no las hubiese hecho tampoco hubiera sabido los resultados. De seguro me habría quedado en el camino. Por ejemplo en el primer simposio, que participé, debería hacer una escultura de 3 metros y nunca había hecho algo tan grande.Y sin embargo, sabía que iba a ser complicado, pero no imposible. Así que fui. Y la verdad es que fue una experiencia muy buena, donde aprendí mucho. A partir de esa experiencia tan enriquecedora seguí participando de otros. Estos eventos me han servido para formarme más profesionalmente, porque eso que yo venía haciendo era más por hobby primero o por la necesidad de expresarme.